sábado, 6 de febrero de 2010

Anteproyecto de ley de verdad, justicia y reparación para las víctimas del genocidio y la dictadura franquista y el posterior periodo de impunidad

Estimados amigos, os adjunto ya la propuesta terminada del borrador de "anteproyecto de ley de verdad, justicia y reparación para las víctimas del genocidio y la dictadura franquista y el posterior periodo de impunidad", con exposición de motivos, etc, para que le deis aquella difusión que estiméis oportuna desde vuestro propio ámbito para su más amplio debate social; adjunto también un breve texto explicativo con algunas cuestiones que establece la ley de iniciativa legislativa popular, si bien algunos elementos adicionales, como la propuesta de la concreta composición de los integrantes de la Comisión de la Verdad a formular ya por parte de la Comisión Promotora, deberán ir por la vía paralela de la ley reguladora del derecho de petición colectiva – como anexo al propio articulado – realizando por tanto las dos recogidas a la vez.

Os quiero agradecer, muy particularmente, el apoyo en esta recta final de elaboración de la propuesta durante los últimos meses de trabajo, ya que quería presentarosla lo más completa y fundada posible para el debate jurídico y social, y para el debate interno en vuestras respectivas organizaciones; en todo caso, lejos de ser la última palabra esto que aquí os envío no pretende sino ser una primera hacia una iniciativa legislativa común para que sea la propia sociedad civil, ciudadanos y organizaciones, la que valiéndose de dicho instrumento trate de hacer realidad en nuestro país deberes básicos, irrenunciables, de “verdad, justicia y reparación” recogidos en instrumentos internacionales y en la experiencia comparada de muchos otros países y que nuestras autoridades nunca deberían haberle pretendido “regatear”, o incluso negar abiertamente, a las víctimas y sus familias; personalmente sigo sin entender el por qué de todo ello, aunque sí que tengo la clara conciencia jurídica de que nuestras políticas públicas en este campo han estado, y siguen estando, simplemente, fuera de todo marco jurídicamente comprensible o justificación. Ello mientras, día a día, es fácil seguir encontrado en prensa una suerte de intento de “negociación” desigual, a ver si nuestras autoridades tienen a bien cumplir “un poquito” de todo lo que se tenía que cumplir desde el inicio por su propia iniciativa. Es el mundo al revés.

En ese sentido he optado por una redacción más amplia y explicativa del anteproyecto y exposición que os envío, conservando todavía en esta fase previa las notas a pie de página; si el mero debate que se pueda generar con esta iniciativa sirve ya para la reflexión colectiva, a contraluz de su articulado, sobre muchas de las medidas que nuestras autoridades nacionales deberían haber planteado con normalidad hace años y los derechos y mecanismos que deberían haber encontrado normal reconocimiento legal en nuestro país – que siguen pendientes – el esfuerzo de elaboración de lo que para mi comenzó como una hipótesis de trabajo una vez concluida la investigación sobre el caso de los niños perdidos y el trato inhumano a las familias, ya habrá merecido la pena. Me tomo la libertad de introducir el texto con unos breves versos de Miguel Hernández, que junto a la Constitución española de 1931 desde el artículo primero me parecen los dos mejores puntos de partida para todo el trabajo que está a punto de iniciarse.

Un abrazo y ya me diréis, Miguel Ángel.

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